Árbol
El bosque.
Un nido dentro del bosque.
Yo misma.
Igual
El primer plano de la foto
Es siempre ella.
Está inclinada
Sonriente.
Atrás
Esa playa inagotable
Que ya no recuerda.
Un cuerpo pasado
Que no siente.
Igual, extraña.
Hoy.
Adioses
La voz
arena húmeda de herrumbre
impregna
la boca abierta comulgando
un mar que escapa
del volumen oscuro
de las miradas
junto al ocre de la tarde
disuelta.
VII
Manda-las luciérnagas a salpicar el aire:
Todo
Volverá como algo genuino
Imborrable:
La burla del maniquí
Oculta
Entre plumas de miedo.
IX
La imagen se disuelve
apenas más allá de la niebla
un pueblo de estalactitas
en hilera
todo iluminado
por maniquíes con antorchas.
XII
Un viejo maniquí fija mi distancia
al incendiarse sobre la gasa verde
del sueño.
Segmento poético
" La habitación"
Testigo
La sombra de un cuerpo que no está
se aproxima,
invade el deseo,
lo recluye.
Ante el espejo
el rostro, y
aquello que a la vista se pierde.
Ante uno, voces
de un eco sin tiempo,
pasiones tatuadas
por la memoria ociosa.
Uno, al final,
la anatomía de un sueño.
Sombra
La luz ausculta gestos.
Rostros espesos
emergen alegres
con desprovisto pudor.
En la pared se alumbra
Leña de carne encendida.
Ventisqueros llanos
comulgando entre
sombras en cópula.
" Sombras de pie"
XIII
El maniquí me sueña
múltiple
asesina
de rostros
con párpados negros
En tanto yo me dejo
Acusar
garabateo
ojo por ojo
en un papel
carbónico azul-noche.
XIV
Una oruga oxida el paso
sobre el maniquí desnudo
lento
me mancha.
Conciliación
Comienzan las tardes de brizna,
el sol abierto,
desfigurando
esas formas que en el otro lado
se mueven. Mentras, estamos
sólo sin hacer, sin decir.
Estamos de caricias rituales,
iridiscentes como ojos de perro.
Hechizo
La hoguera en el ánimo.
Hay insinuaciones.
Somos un espacio resulto
de mirar sin pausa:
invadidos por cierta ficción.
Cansancio
Hebras de plata cuelgan del amanecer.
Mensaje a medias que vuelve
y cicatriza lo fantasmal de un cuerpo.
Besa la boca. La cara
hace del hábito algo más.
Toca y deja en las manos
esa huerta que clausura
como una cima sin bordes
sin contornos
sin pestañas.
IV
Según el modelo
la materia de un maniquí puede llegar a ser
diversamente carnal
sólida
semi-sólida
convexa
impermeable
parafinada
translúcida
de puro deseo
claro
que su esencia-maniquí
hace presuponer
en ocasiones
juegos extravagantes
para su desvestir.